PEDRO FIGARI

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CUADROS FALSOS

Las falsificaciones han sido un obstáculo permanente para el desarrollo del  trabajos sobre la obra de Pedro Figari , luego de su muerte. Aunque el daño más concreto sea sobre el aspecto comercial, todo el ambiente se ve afectado. Un ejemplo claro es que un museo tenga una obra falsa donada en buena fe por una hija de Figari, ya que a su vez ella había sido víctima de un engaño.

         La permanente circulación de los cuadros falsos por, casi literalmente, todo el mundo, es una de las razones de la importancia del adelanto del archivo de que me ocupo. Y no es una exageración decir “mundo”, cuando pienso en casos específicos en Londres, París, Madrid, New York, San Francisco, Los Angeles, Miami, Lima, Rio de Janeiro, Buenos Aires...

         Cualquier persona con cierto entrenamiento tiene derecho a opinar sobre la autenticidad de una cuadro. En mi caso, yo creo tener derecho a que mi opinión sea tenida en cuenta, por más que defiendo mis otros derechos: a equivocarme, a dudar. Es a menudo materia muy opinable, pero también a menudo los elementos de juicio permiten ser muy terminante.

         De todos modos hay un campo a desarrollarse todavía, y es el científico. Acepto que se me discuta, pero creo que el gran ausente es el estado, ya que dentro de sus presupuestos están tenidos en cuenta técnicos e infraestructura suficientes para cubrir las necesidades.

         Más puntualmente, tengo entendido que una vez existió una donación al Uruguay del gobierno japonés de equipo destinado precisamente a ese fin, y que nunca ha sido utilizado. Aunque haya pasado años, no creo que tantos como para que no sea de utilidad.

         Por otro lado, si algún trabajo realizado por esos técnicos dentro de esa infraestructura necesitara del aporte de algún material imprevisto, no tengo dudas de que sería cubierto por los interesados. Y recordando los casos de que he estado enterado, sería importante el ahorro que hubiera beneficiado al Poder Judicial, ahorrando en tiempo invertido, y añadiendo rigor.

         Agrego una anécdota: hace unos años llevé un pequeño óleo sobre cartón firmado J.C. Figari Castro a un taller de restauración. Ese taller cerró por razones de notoriedad, y sopesando las dificultades de cualquier gestión con el poco valor del cuadro, lo di por perdido. Hace poco, una persona que no fue identificada, dejó ese cuadro por unos días en una galería, me fue mostrado y yo lo fotografié. Luego pude ubicar, antes traspapelada, una copia de contacto de una foto de ese cuadro que había sido mio, y constaté que la firma que tenía había sido eliminada, el cuadro restaurado, y había sido firmado P,F. (como Figari firmaba a veces). Acoto que es frecuente que se agregue la firma de Figari a cuadros pintados por su hijo, o por lo menos clasificados como tales por Carlos Herrera Mac Lean, y recuerdo casos en San Francisco, Río de Janeiro, New York, Buenos Aires y Montevideo. Por supuesto que es posible que Herrera Mac Lean se haya equivocado alguna vez, pero en ningún caso atribuiría él a Juan Carlos un cuadro firmado por Pedro, lo que deja en evidencia que la firma ha sido agregada con intención dolosa.

                                                               Fernando Saavedra Faget.